Una de las características de la Agricultura Ecológica, es el manejo ecológico del suelo, es decir el respeto del equilibrio de la fauna y flora del suelo natural, lo que es una de las bases científicas sobre la que se sustenta.
Diversas experiencias realizadas han demostrado que el trabajo del suelo sin remover los horizontes, posee grandes ventajas, por lo que se recomienda:
- No apelmazar el suelo, tratando de evitar pisar el suelo o hacerlo lo menos posible, lo que sobretodo ocurre al trabajar la tierra con maquinaria (se pueden usar motoazadas de mano, pero es mejor trabajarlo a mano). Por ello se usan herramientas que remueven y airean el suelo, sin mezclar los horizontes (como la laya y la azada), deshaciendo los terrones y consiguiendo que el suelo quede esponjado.
- Al cortar la hierba se convierte en compost o se deja como acolchado en la superficie (evitando las plantas invasoras como la grama), con ello se producen varias
mejoras, por un lado el sol no secará el terreno conservando la humedad y por otro lado sirve de protección a los microorganismos y demás organismos, como insectos, lombrices y ácaros beneficiosos.
- Por otro lado, las plantas adventicias, o también denominadas como «malas hierbas», (incorrectamente así denominadas), sirven de huésped a los insectos útiles, absorben el nitrógeno que de otra forma se perdería al evaporarse a la atmósfera y que luego vuelven a ceder al suelo al convertirse en compost sobre el propio suelo. Y si la planta tiene raíces profundas como la alfalfa, lo que come la vaca, entonces extraerá nutrientes que de otra forma resultan inaccesibles para otras plantas con sistemas radiculares menos capaces de profundizar.
- Para evitar que el campo se llene de adventicias, se realizan rotaciones de cultivo y programas de abonado equilibrado.
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